Los elementos esenciales que se necesitan para que en Guatemala se
tenga una educación de calidad es que todos estén involucrados y comprometidos
con la educación, desde el gobierno, autoridades educativas, directores,
docentes, estudiantes y padres de familia y que la educación deje de ser algo
opcional y sea una prioridad.
Pero para que en nuestro país esto ocurra se tienen que resolver varias
cosas antes, como lo es la desnutrición.
Y proporcionar a toda la población accesos básicos y que puedan
cubrirse las necesidades básicas.
Me llama la atención Corea del Sur porque es un país que podríamos
tomar como ejemplo para Guatemala, iniciar una transformación, pero hubiera
sido bueno iniciar después de haber firmado la paz y se terminó la guerra. Lo
cual solo quedo en papeles y no se hicieron los cambios.
Para Corea fue mucho más fácil ya que empezó desde cero, después de la
guerra fría con la ayuda de Estados Unidos.
En nuestro país hay que hacer cambios claves desde la política y la
legislación para que ocurra el cambio.
Como lideres educativos podemos poner nuestro pedacito en donde
trabajamos y empezar a influenciar a las personas que nos rodean para
mentalizarles que la educación es una prioridad y no es un gasto sino una
inversión.
Este es un análisis que he pensado acerca de la cultura y la educación
en Guatemala:
En la mayoría de las familias guatemaltecas, principalmente en el
interior y en las áreas rurales en donde están presentes ambos padres, se da el
“machismo”.
Este fenómeno se ve en casi todos nuestros países latinoamericanos, y
en esos hogares casi siempre las decisiones importantes, trascendentes y de
autoridad las toma el papá.
La mamá regularmente es ama de casa y no participa en esas decisiones.
Los desafíos de la Educación en Guatemala
En Guatemala he observado que los papás están más preocupados por las
comodidades de la casa (televisión, cable, muebles, etc.) y les gusta comprar y
estar actualizando lo material, al contrario de las mujeres que son las que se preocupan
más por la educación, los libros, cursos, entre otros.
Entonces que pasa en estos hogares en donde tiene el mando el papá, no
quieren invertir en educación y prefieren cambiar la televisión por una nueva
versión a comprar los libros de estudio de los hijos.
Con esto no quiere decir que para que veamos un cambio en los hogares
deben convertirse en un matriarcado, no! Sino que me hace reflexionar en que
cómo mujeres y líderes educadores debemos inculcar en nuestros estudiantes o
hijos el gusto y prioridad por el estudio, para que cuando sean cabezas del
hogar lo transmitan a su familia.
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